jueves, 29 de mayo de 2008

42

Esta es la síntesis
De lo que llamamos Vida
Un saludo un fiesta una ilusión
Sonido confesión fotografía
Son insuficientes
Carne y orgasmo
Apenas cae la lluvia
Sentimos el blanco o la caricia
Trompetas y campanas
Ambición es otra cosa
La victoria es indefinida
Como el suspiro del órgano
El sudor de la siesta
Merece otro nombre
El camino que se vislumbra
Me lleva, paso a paso,
Un niño me saluda
Un anciano espera
Es complejo el ascenso
Pero la luna me acompaña
En medio del agua ausente
Del gélido calor de medianoche
De las vejaciones la sentencia
El verbo anhelante de la estepa
Entonces no marcho solitario
En esta nuestra síntesis
De lo que llamamos Vida.

Tu cuerpo-ofrenda
Piscina como el mar
Testigo mudo
Beso lira mariposa
Palabras como metales
Seráfico vaiven el del ocaso
Pululan caos y señales
Mientras avanzo.

Otras veces una estrella
Tan triste por ser lejana
El toque de la musa
Poeta y argonauta
Ángel de Azul
Y canto.
En ocasiones ritmo
De intención insospechada
Una puerta sin nombre
A la gloria o al abismo
Una música que embriaga
Sin importar el cuánto
Obsesión de escudos y esqueletos.

O la infeliz aldaba
Que al sonar mueve los años
El reloj de nuestros sueños
La existencia acabando
Agujas como virginales labios
Abriéndose de flor en flor de tarde en tarde
La conciencia.

O el lui-lui-lumi
De la lila lin loule
Sintagma et símbolo
Boreal estación en verde
Líneas tinta en convergencia
Cristales como espejos
Y espejos como diamantes.

A veces descanso
En el amplio desdén de las olas
Soy el no-ser y sigo siendo
En el aire infinito
Cosmos como el Verbo
Del Impronunciable.

Tu recuerdo como el cisne
La amapola el arpa los violines
Un gesto una visión, la Idea
Siluetas como centellas
El tesoro o su reflejo
La pluma y sus desvíos
Como arena de astros.

Unas veces Aurora otras Estrella
Sempiterna musa la bienamada
Madre y arquetipo
El resplandor de mis días.

Esta es,
En síntesis en suma
La variante invarianza de mis años,
Como el fuego el abraz la justicia
Que reclamo sediento en el polvo
El viaje la mimesis la agnosia
Del que siempre busca
Y quiere más.

O el sentimiento
De avanzar en reversa
Devolverse hacia adelante
Y volver en retroceso
El rumbo de la libertad
La prisión mayúscula
Hasta la Liberación Final
Que es la síntesis, en suma.

David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008

42

Y ahora triunfo, Estrella,
De un cielo amplio vasto infinito
Cósmica alegría nos embarga
Dulce es la embriaguez de los que sueñan
El silencio de los poetas de sangre
Me deslizo hacia la Nada
Hacia el Uno el Origen
Y te encuentro, Estrella,
Me enfrento al espejo
Encuentro
A mis bellos padres sonriendo
Encuentro
Lo que siempre estuvo y nunca vi
Estrella, te encuentro a ti,
Y no es sólo juego sonoro
El hecho de ser libre libre libre
Y amarte, amada, en el rostro de una Estrella.

David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008

41

Líbero
Encadenado
Prisionero de mí mismo
Y condenado
Marchante unicórnico
Dragónico quebranto
Una franja azul infinita
Velozmente
Se levantan los puños arden las ciudades
Líbero
Empuño la pluma
Vivo escribo soy el mar su sal su espuma
Arrollador
Se quiebran los mástiles vuelan los bergatines
Revuelco navíos galeones codiciosos
Ahogo vanidosos y tiranos
Vivo escribo soy el mar soy su fuerza
Líbero
Incontenible justiciero me siento
Siembro cosecho voy segando
Escribo et vivo ego sum Líbero
Ha-go-lo-que-na-die
Ao-oe-aie
Laro-lore-larie
Io sono libero
A pesar del laberinto
No obstante los peros las limitaciones

Soy prisionero pero existe la fuga
Y esta fuga
Me hace libre como el mar
El mar que soy, que es mi hermano
Le-lal-leé-li-eao
León feroz lunante lirambo
Avanzo avanzo avanzo
El mar, el mar y yo
Y tú y ellos es decir nosotros
Somos el mar somos su sal su espuma
Somos una misma fuerza.

David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008

40

Libre
En la rosa en el cosmos
Libre
Descenso-ascenso a la astrea-mía
Donde convergen lisípina y felífluna
Camaleónica diriámina
Gradería mágica
Libre
Se hace el libro
Y el libro me hace
Somos él y yo
Uno
Soy mi propio creador mi propio personaje
Esclavo jamás aunque creado
Y se avecina altárica heurística
Subienda celística flágica
Justo entonces
Es cuando se puede decir: soy libre
Y entonces
Puedes sentir
Libre
Libre
En el negro en la penumbra
Allende mariposa avión águila
Y bueno, qué decir, ser Uno.

David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008

39

ASCENSO

I

Bulle el alma
Superados el cáliz, el polvo y la ceniza
Todo cruje en vaivén de abanico
El vapor la arena la brisa
Son y fueron, hasta siempre.
II

Moneda de mil caras
Pirámide y precipicio
Lejana, íntima montaña
Madre del árbol, madre del agua
Y el camino, largo-beatífico camino.

III

Subo y olvido
Drama, tumba y malestares
Olvido enojos y traiciones
Olvido, simplemente olvido
El color reemplaza la agonía.

IV

El maestro sonríe
Canta el monte, canta el alma
Se columpian los astros
Se abre el Sendero

Rocío de nenúfares, calma
El blando altar de tulipanes
Una estela que se agota.

V

Cima blanca como lluvia
De amor, radiante meteoro
Una luz, una luz, una luz infinita
Juglares, bandolas, rugido
El canto de victoria para el Cosmos.

David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008

38

Amé, fui amado. Vida: nada te debo. Vida: estamos en paz.
Amado Nervo


Amé
En castaño, blondo, oscuro
Galopante y caminante
Dolorosamente
A hurtadillas y ante todos
Alegre o cubierto de nostalgia
Estrellas o metales
Canto convergente
Amé
En este y otros mundos
A amigos y enemigos
A personas y animales

Pero, ¿amé? ¿En verdad amé? ¿Fui amado? Lo cierto es que no hay nada cierto. Tuve piedad, tuve cariño, ardí en la llama del deseo. Pero, ¿amé? ¿Me amaron? Escucho a varios, y me río por dentro de su confianza ciega, de su arrogancia. ¿Quién se atreve a decir que amó? ¿Quién sabe con certeza si es amado?

Tomé el hacha de dos filos
Y corté hasta donde pude:
Brotó lava de la roca, manantial, quebrada
Y esculpí modelos, para luego saciarme
Los cubículos el bronce la rosa
Sini sono lume luame
Rompí escudos, arrié banderas
Amé a mi manera
Amé a tu manera
Amé de mil maneras

Pero el mar es poca cosa comparado con el Cosmos. ¿Amé besando, lactando, acariciando? ¿Amé, o fue simple fornicio? ¿Amé la forma, amé la esencia?

Gocé, hice gozar,
Pasó el tiempo en la penumbra

No, querido mexicano, querido Amado Nervo de tiernas oraciones. No: no supiste si amaste, y mucho menos si fuiste amado. Esa paz de tu poema acaso es falacia, o tal vez, tal vez
Amaste
Sí, supiste
Y bien, el canto pasa
Enmudecen cirio y campana

La tenue golondrina es alcatraz
El murmullo del agua
El color de los pesares

¿Pecó mi mente? ¿Pecó mi corazón? ¿Pecaron mis ojos lascivos, mis manos anhelantes? ¿Jugué y perdí? ¿Jugué y dejé ganar? ¿Gané acaso?

Amé
Edificios, aéreos castillos
Una rueda dentada y amapola
La luz intermitente de los pueblos
La pluma el caballo la Vía
El Ser y sus crucifixiones
¿Amé el Azul, o sólo busqué su compañía?

Lo cierto es que me vomito
De sólo imaginar la hipocresía
Los labios engañosos, la mentira
De las voces melifluas
No comprendo las víctimas que aman a sus predadores
Me río del contrato disfrazado de romance
Me río de la farsa, del engaño y la pompa
Me río de las parejas esporádicas
¿Aman?
¿Ustedes creen que aman?

Amamos
La vida, aunque sea difícil
El pan, aunque sea insuficiente
Pero, ¿amamos? ¿Dónde empieza el amor y termina el deseo, la pulsión, lo puramente fisiológico? ¿Es amor el amor de los hippies? ¿Es amor el amor de las novelas? ¿Existen Romeos y Julietas? ¿Es amor?
Si lo es, amé a medias
Si no lo es, amé todo, o amé nada
Y ustedes, crédulos, están en las mismas

¿Amé?
Amaré, acaso
En tenue niebla, soliloquio
Rosario, diamante, alegría
Como se atiza la fogata de los versos
Amante púrpura, amante mandolina
Virgen, plaza, armería

Empezando: la dama de brillante cabellera, el cisne ideal, en templo chino. Barracudas melíficas, ángeles como escorpiones. Un dardo: bienvenida.
Y creí que amaba
Creí en el vértigo
Del puente en llamas
Creí en lo bello, en la penumbra
Creí en catedrales, en el claro de luna
En la góndola, el arpa, el sueño...
Pero supe, pude, no quise despertar
Ver los vitrales fragmentados

Corrí la persiana y quise ver la luna,
Y encontré un cadáver, colgando:
Del angélico rostro una mueca
La piel hecha polvo, las manos huesudas, la mirada ausente
Y cerré los ojos, para no ver más
Y no quise ver persianas
No quise ventanas, nunca más

Corrí hacia el abismo
Lo más lento que pude
Fui lodo y esperpento, fui otro
Desgarrando, quemando, ignorando
Decapitando santos, escupiendo reliquias
Pero la sima era tenebrosa
Débil mi ambición
Pura mi mente
Y abrí los ojos, para no ver más
Mi propio Infierno

Amé también mundano
Supe del círculo y la tambora
Del breve canto de la amada
De la triste, nictámbula corte
Del lamento de las sábanas
Y abrí mis ojos, mucho más
Pero entre más miraba, miraba menos
Más y menos, menos, más

Amé, si es que amé, divino
Y no sé si amé, pero fui celeste
Tranquilo, casi indiferente
Bueno, casto, sabio
Y aprendí a cerrar los ojos
Para ver más

No sé si amé o fui amado
Vida: mucho me debes, aunque tenga Paz.

David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008

37

Una ventana es ventana
Aunque tenga barrotes

Mi crimen fue el usual
Genízaro y rebelde, condenado
Secreto, evidente, condenado

Condenado, condenado, condenado

Pero la ventana aún es ventana
Y el corazón una cometa
Mi crimen no fue otro
Que esperar demasiado de este mundo

Y ahora pago
Homicidio abstracto
Perjurio insospechado
Delitos comunes y estrafalarios

Así es, la justicia es injusta
Con los bienintencionados

Por eso el consuelo es la ventana,
Una luz, un hálito de urbe

Y espero, sabiéndome inocente

Libre gracias a la Poesía.


David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008