Allende las cruces, los muertos, el absurdo. Me sumerjo en el mar de la gloria, la dicha infinita del poeta. Ustedes entienden, o entenderán acaso, cuando sepan de unicornios y auroras después de presenciar una masacre. Cuando vean que existe un camino a pesar de la niebla.
Granizo en la piel de la Palabra
Lluvia de besos, de flores huracán
En la Palabra soy Palabra
Feliz, feliz ángel
Feliz, feliz animal.
David Alberto Campos V, Liberación de la Palabra, 2008
miércoles, 28 de mayo de 2008
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